domingo, 22 de diciembre de 2013

Hada

La alter-ego de Adam, una criatura del bosque la mar de inusual.

Ya adelanto que el grupo de Animae, guías del Más Allá, alter-egos, etc., van a ser un grupo a destacar en este blog dedicado al cambio conceptual y de diseño. Y es que, sin ir más lejos, los conceptos iniciales de casi todas las Animae están plasmados en un único folio (tanto por un lado como por el otro), destacando únicamente sus cabezas y con algunas ideas muy básicas en mi mente sobre el resto del diseño de cada uno. Por esta razón creo yo que van a ser los que supongan el cambio más considerable en los personajes que encontréis por estos lares.

Estrenemos pues esta idea con la Anima de Adam. Estando el chico enfocado con la naturaleza en si, era innegable que su espíritu guía, su 'yo' interior, también lo estuviera. Y a mayor escala; así son las Animae, al menos el concepto general (y siempre hay excepciones a la regla). La idea principal estaba clara: una criatura mística relacionada con la naturaleza. Tres fueron las candidatas.

La primera, antes de surgir cualquier diseño conceptual en papel, fue una ninfa del bosque. No tardó mucho en evolucionar a un ser menos místico, pues a fin de cuentas Adam es un chico de ciencia y, si bien es evidente que el Más Allá no se puede explicar con simples términos científicos, conviene tener una criatura más próxima a lo "realista". De ninfa pasó a ser una elfa, como podéis comprobar en el dibujo.

Su personalidad nada tenía que ver con la que acabaría teniendo. De hecho, su forma de actuar, de comportarse y de tratar con Adam iba a ser en un principio la de la Anima de Abel. Serena, sabia y muy en armonía con el entorno natural que compone el subconsciente de Adam. Sin embargo, tras pensarlo detenidamente durante el desarrollo de su mundo interior, terminé por dar un giro de tuercas casi opuesto a lo establecido.

De una elfa serena y sabia pasó a ser una pequeña pix-- digo hada, con un carácter muy infantil, parodia exagerada de niña pija. Si bien retomé la idea de que fuera una criatura menos "realista" con el fin de contradecir al propio Adam, y que su carácter infantil no es más que una exageración de lo infantil e inocente que puede ser Adam a veces (considerando también que las hadas tienden a ser criaturas de cuentos e historias infantiles, así como el estatus social del chico, aunque en un segundo plano), elfa y hada conservan un único punto en común: la sabiduría. La hada alberga diversos conocimientos como su ser original e intelectual, con la diferencia de que la hada los usó por las malas y no por las buenas como pretendía hacer con la elfa con el fin de, digamos, forzar a Adam a madurar antes de que sea tarde.

En resumidas cuentas, hubo una idea, luego otra opuesta, y el resultado final fue una combinación de ambas. Con pequeños detalles ocultos de carácter científico, como que las líneas de las alas son representación del llamado 'efecto mariposa', por ejemplo. 

Ah, por cierto. Si ya conocéis a Titanya de Nothing but Yourself y notáis cierto parecido (sobretodo en su mirada) con la de la hada, efectivamente, es un detalle que puse a conciencia. Un reflejo de Tatyana Wright, la prima y compañera intelectual de Adam, así como la Tatyana de CHRONOS por así decirlo. (xD)

miércoles, 23 de octubre de 2013

Soledad

Soledad, la pequeña protagonista del cuento "Little Raven".

Para ser un cuento breve compuesto, a lo sumo, por tres personajes, y de los cuales sólo ella tuvo el honor de ser plasmada en papel, esta pequeña dio algún que otro quebradero de cabeza en sus inicios.

Siendo un cuento sencillo a la par que oscuro, mi intención era que la protagonista fuera un reflejo de esas dos características. "Oscura y hermosa como la noche", es lo que me dije mientras ideaba el diseño. Debía ser sencillo, razón por la que decidí vestirla únicamente con un fino vestido azul sin mangas y con falda mediana, así como dotarla de cabellos largos y ondulados que se asemejaran al oscuro manto de la noche. Los que hayáis visto el dibujo a lápiz de Soledad en el foro veréis ahora que sus cabellos no son negros, sino azules, aunque un azul muy oscuro. La intención era tal desde un principio, pero a lápiz la cosa estaba más limitada; algo que afortunadamente puede arreglarse con el dibujo digital. ¡Bendito SAI!

Bueno, volviendo a la idea de antes. Vista así, parecía bastante buena; es lo que pensaba, hasta que realicé el primer boceto. Su apariencia me resultó algo extraña, y para nada encantadora como esperaba. Tuve mis dudas desde que solté el lapiz y la goma, duda que quise resolver con la ayuda de Iriseru. Lo primero que dijo al ver el diseño fue algo tal que así: "¡Parece una vieja con esas ropas y ese pelo!". Vamos, que fue el empujón que necesitaba para rechazar el diseño y empezarlo de cero. (xD)

Tras varios días en blanco, ya que pretendía mantener el concepto inicial pero con una imagen totalmente distinta, finalmente decidí que no se podía tener todo en esta vida, y que por ello tenía que ser menos estricto a la hora de conseguir esa imagen que tanto quería. Por lo tanto, aparcándola (que no desechándola, ojo) a un lado diseñé un aspecto ligeramente más complejo y detallado que el inicial. Un traje ligeramente gótico para una obra, en cierto modo, ligeramente gótica, con plumas negras a la espalda para hacer una referencia directa al título de la obra. Si bien no era un traje sencillo como quería, este traje con más detalle quedaba mejor para el personaje y se fundía bien con el encanto oscuro de la obra.

No obstante, lo mismo no podía decirse del pelo. Tras mucho meditarlo frente al dibujo (una Soledad vestida pero calva xD), decidí dibujarle el pelo corto y lacio; lo opuesto de lo que tenía pensado al principio. Sinceramente, me costó mucho tomar la decisión de no usar el cabello largo y ondulado (por el significado tan apropiado que tenía). Pero sinceramente, hacía un buen conjunto con el traje y, en su totalidad, dotaba a Soledad de un aspecto físico algo oscuro pero encantador. Como en cierto modo pretendía conseguir desde un principio, aunque no fuera tal diseño lo que tenía en mente (tampoco es que lo tuviera muy claro).

He aquí el porqué del cambio destacado de esta mujercita. Aprendí una valiosa lección con ella: hay ideas que, de lo poderosas que son, no pueden ser plasmadas en el mundo real con un simple lápiz y papel. Una lección que al principio me repateó un poco, ya que lo que consideraba la mejor idea para la estética de la obra se había ido al traste, pero al poco terminé por asimilar tal hecho. Y seamos honestos: aunque su cabello no sea como el manto nocturno, sigue siendo hermoso.

¡Y la rosa negra tampoco le queda nada mal!